Remodelar la cooperación internacional y repensar la gobernanza global: objetivos a conseguir empleando la inteligencia colectiva.
La pandemía que nos ha tocado vivir cambio el concepto de seguridad, frente a otros hechos, como los atentados del 11-S, que nos hicieron ver vulnerables. La respuesta debe ser global: el bienestar de cada país es la garantía para todo el planeta, para lograr aumentar la capacidad y eficiencia para responder a los retos. Deberíamos conseguir unos sistemas de salud robustos en todo el mundo (que incluyen políticas de igualdad, de alimentación, servicios sanitarios…). Deberíamos garantizar que las investigaciones y los avances en ciencia beneficien también a los países del Sur: conseguir los mejores tratamientos para todos y las vacunas que inmunicen a todos (Leyre Pajín).
La cooperación española actúa por diferentes caminos. Frente a la multilateralidad existían dudas de países que querían solo medidas nacionales, o el aislamiento. Pero los virus no conocen fronteras. Es necesaria la interdependencia.
«Nadie estará a salvo si no estamos todos a salvo»
Arancha González Laya
- Cómo nos contamos lo que sucede y las soluciones que se corresponden con la realidad
- La cooperación en la práctica debe responder a acciones concretas: impulso en colaboración en vacunas, tratamientos y recursos para todos, aunque sabemos que existe un contexto humano es muy complicado como los campos de refugiados, los casos de pobreza extrema, los países en conflicto.
- Surge una necesidad de reforma en la multilateralidad: responder con eficiencia en la lucha contra el cambio climático, en el comercio internacional, en el acceso a salud.
Hay una línea europea de investigación para la vacuna, en la que España ha participado con 7.500 millones de euros. Pero nos surgen tres cuestiones sobre la vacuna:
A. EQUIDAD DE ACCESO A LA VACUNA: para todos y todas
B. COLABORACIÓN CIENTÍFICA: trabajo en red.
C. PÚBLICO/PRIVADO: fundaciones, farmacéuticas, investigación…
«Si no somos inmunes todos, seremos vulnerables»
Toni Marín
Para ello, también hay que repensar la gobernanza vertical, porque necesitamos coordinación y coherencia entre áreas (salud, agricultura, …), que participen otros actores importantes (sociedad civil) y que las organizaciones internacionales, hasta ahora poseídas por sus miembros, necesitan independencia para dar sus recomendaciones científicas y técnicas, sin aspectos políticos. (Arancha González Laya)
Pedro Alonso apunta hacia el exceso de soberbia de occidente, cuando ya vimos el virus en China en enero pero pensamos que no nos llegaría. https://www.lavanguardia.com/vida/20200506/48998682905/la-soberbia-nos-impidio-reaccionar.html.Veíamos que las infecciones eran cosa del pasado. La miopía respecto a la salud representa un riesgo, a diferencia de países como Uganda (con diferentes enfermedades infecciosas que suponen una barrera para el desarrollo económico y social).
Pero existen efectos indirectos: si en España o Italia el coronavirus ha supuesto una gran tensión e impacto en los sistemas sanitarios ¿Qué pasará en otros países con sistemas de salud vulnerables? Supondrá el colapso del sistema de salud, la imposibilidad de información (como ocurre con la malaria). Por ello, la importancia de la vacuna, como reto para la comunidad científica. Debemos ser cautos porque existen elementos para la incertidumbre. No es un virus complejo, existe dinero para investigarla (no como para la malaria) pero debemos hacerlo con equidad: cómo vamos a responder cuando nos afecta a todos.
Begoña Lasagabaster (UN Women) comienza apuntando que no existe vacuna para todo ¿lo hay para los derechos de las mujeres). Ahora, con el confinamiento, hay un retroceso, la pandemia ha exacerbado la estructura de desigualdad:
- las mujeres están en el frente de la respuesta sanitaria (70 %) y social. La respuesta debería darse con perspectiva de género.
- Ha habido un aumento de la violencia de género.
- La carga de la conciliación laboral es para las mujeres.
- En cuanto a la participación en las respuestas, en las células de crisis, las mujeres han quedado fuera
- las medidas de protección social las mujeres también quedan fuera (porque no contribuyeron en su tiempo, por trabajos sin regulación)
- los paquetes de estímulos fiscales, económicos… debería ser con una economía feminista porque no hay perspectiva de género, no se da respuesta a las necesidades de las mujeres.
Como conclusión de este análisis:
- Las mujeres piensan que se van a quedar sin empleo
- Ha aumentado la violencia contra las mujeres
- También la restricción de movimientos a mujeres en muchos países
- Carecen de información
- Mujeres peso del cuidado, por lo que tienen mas riesgo de contagio
- Agravado en casos de embarazo, discapacidad
La última ponente, Katia Maia, habla desde Brasil como luchar contra la desigualdad. Es un tema recurrente que COVID pone de relieve las distintas formas de enfrentarnos a la desigualdad. Un virus que comenzó en las élites, pero que ahora se ceba con las fabelas. Debemos poner sobre la mesa, frente a los valores de desigualdad, la responsabilidad, la solidaridad, salir todos juntos y ver qué futuro queremos diseñar. Ver cómo afectará a la vida de las personas, con qué valores. Necesitamos un nuevo pacto social, que parta de la redistribución de la riqueza y el respeto a los derechos humanos. Por ejemplo, ¿con qué recursos nos encontramos para defender los derechos de las mujeres? Porque cuando los países invierten en igualdad de género, el PIB sube.
¿Serán los ODS la hoja de ruta útil? Parece que sí.
(Resumen de las ideas aportadas en la ponencia del mismo nombre del 7 de mayo 2020 en #Eldíadespuésserá #Díadespués)